miércoles, 1 de julio de 2009

Ironías de la vida


El jueves tuve a bien burlarme de un compañero de oficina porque andaba moquiento y justo ese día, recordé que llevaba ya varios meses sin sufrir una de esas gripas que te tiran en la cama. Pues bien, una semana después, heme aquí, sentadita en mi lugar, con ojos de sapo llorón, dolor de cabeza, nariz congestionada, garganta y oídos inflamados y con ganas de estar en mi camita viendo tele, dejando que mi mami me consienta (si, a mis tiernos 25, me sigue agradando la idea de que me consientan cuando estoy enfermita).

Llevo todo el día estornudando y tosiendo y no hay una sola persona que se queje, pero hace mes y medio, apenas solté un pequeño estornudo que ni siquiera era de gripe (fue la alergia al Windex!!!) y eso bastó para que más de 3 personas, le pidieran al de Recursos Humanos que "amablemente" me solicitara retirarme, bajo la premisa de que esta rata era un foco de infección y una amenaza biológica para la humanidad. Así, sin más, sin mi autorización, me mandaron una semana completita a mi casa y cuando me tomé el “atrevimiento” de retomar mis actividades laborales, me mandaron directito a un laboratorio a hacerme pruebas pa comprobar que no era portadora del bicho del puerco. Pero hoy nadie tiene memoria, a nadie le importa si tengo un bicho raro o no, hoy que quiero que alguien se queje y me manden de vacaciones, todos parecen estar ocupados en otras cosas

¡Extraño la histeria colectiva!, ¡extraño al bicho del puerco!, ¡extraño el arraigo domiciliario! Bien dicen que nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido, sniff.

*