martes, 13 de septiembre de 2011

Estúpido y sensual alcohol

Papá siempre me dijo que tenía que aprender a tomar para que ningún “muchachito aprovechado”, quisiera ponerme borracha para pasarse “de listo” conmigo y que mucho menos, quería verme llegar borracha a la casa. Las siguientes frases etílicas (salidas de mi tierna boquita), demuestran claramente que nunca aprendí las enseñanzas de mi padre (están viendo que la niña tiene potencial y le dan cuerda):

“Láaaamelo” (le decía tranquilamente a una de mis amigas …ejem, le gritaba, refiriéndome al vodka derramado en un lavamanos, ¡No sean mal pensados!),
“Poli, estoy ciega” (le decía con angustia a un policía, jurando que las barras libres de mala muerte, me habían hecho perder la vista).
“¿Esto es Coca Light?” (Preguntándole a otro borracho, mientras sostenía un vaso lleno de tequila mezclado con jarrito de tamarindo, asumiendo que ”aquella bebida” era Torres con Coca Cola)
“¿Dónde están mis zapatos?” (mientras los traía en la mano…..esperen, esa no fui yo jajaja)
“No te preocupes, tengo buenos reflejos” (le comenté a mi copilota, mientras manejaba ”hábilmente” por la ciudad).
“Estás bien feo” (comentario a un desconocido que, por cierto, me pago la cuenta… Bien oportuna yo!)

Papá, la idea no era enseñarme a tomar mientras me dabas interminables cátedras sobres los efectos negativos del alcohol, bastaba con que me advirtieras que, además de las TERRIBLES crudas, uno puede toparse con las siguientes –nada agradables- situaciones:

• Encontrar vouchers firmados por grandes cantidades de dinero en tu cartera, mientras tienes vagos recuerdos de tu ser borracho gritando “¡Yo pago!”.
• Levantar con asco vasos con contenidos desagradables y después enterarte que no solo fue tu creación, si no que lo bebiste en repetidas ocasiones.
• Encontrar registro de las llamadas o mensajes que mandaste a tu ex cuando, en tu mentecita alcoholizada, creíste que SEGURITO él moría de ganas por saber de ti a las 3 de la mañana.
• Encontrarte moretones varios en el cuerpo y al preguntar a tus amigos de dónde salieron, te contesten con algo como: “Es mejor que permanezcas en las penumbras de tu ignorancia”.
• Mirar las fotos de la noche anterior y darte cuenta que no te acuerdas de la mitad de la fiesta y para colmo, cada vez encuentras imágenes más folclóricas como: “Las borrachas que conociste en la fila del baño y tú, posando como si se conocieran de toda la vida”, “Tu amiga y tú, posando con birretes en la cabeza” (si, BI-RRE-TES!!!), “Tú, posando en pleno centro histórico, con un burrito de peluche y un sombrero de mariachi”.
• Despertar con las rodillas sucias cual carbonero y cuando le comentas a uno de tus amigos - mira, tengo las rodillas sucias, ¿por qué será?, éste pone cara de ¡¿NEEEETA?! Y te responde con todo y tonadita - Dr. Psiquiatra, haciendo referencia a la coreografía que ni tus amigas ni tú, pueden resistir al escuchar los berridos de La Trevi.
• Tener flashazos de algunos momentos que, por salud mental, te niegas a pensar que realmente sucedieron, tales como: “Tus amigos y tú, organizando una fila de conga en el antro con otros borrachos, los meseros y los cadeneros”, “Tu amiga y tú, aplaudiéndole a un feo para que bailara la pelusa”, “Tú, desde el carro, gritándole a un sexoservidor travesti”

Así pues, a fin de evitarles pasar por tan amenos momentos, les dejo unos pequeños consejos que espero les sirvan en sus vidas etílicas:

• No te pongas una borrachera monumental el 9 de mayo, es altamente probable que te agarre un alcoholímetro y tengas que rogarle al poli que te deje ir, argumentando lo triste que se pondrá tu “madrecita” cuando la felicites por teléfono desde el torito.
• SI llevas toda la noche tomando tu bebida favorita y una que otra perla negra, evita a toda costa acercarte a la botella de tequila, no “vaiga siendo” que se te ocurra tomarte un caballito de tequila con todos y cada uno de tus invitados.
• Bajo ningún motivo, compres un mezclador que se salga de lo convencional, créeme, no quieres despertar sabiendo que tomaste Jarrito de Tamarindo con Tequila!!!
• Nunca pero NUNCA, te alcoholices un día antes de tener una junta vecinal, pues al día siguiente, mientras escuchas las quejas de las vecinas chismosas, te sentirás en el mismísimo infierno.
• No importa qué tan “reales” parezcan tus problemas, si te encuentras en estado inconveniente, decirle a un poli que estás ciega, NUNCA será la solución.
• Se naturalmente ridículo en todas las fotos que tomes durante la fiesta, así puede que cuando llegue ese momento en donde el alcohol corre feliz por tus venas, no se note tanto la diferencia entre sobrio y ahogado, aunque puede que las chapitas traicioneras te delaten (o el birrete en tu cabeza, las recién-adquiridas-amistades, tu paso del escarabajo moribundo, tu paso del penacho, tu perfecta imitación de “La Tesorito”, etc).
• Y por último, pero no menos importante, el famosísimo “Si toma, no maneje” y una de sus variantes más significativas, “Si toma, no llame a su ex”.