viernes, 25 de enero de 2008

Confesiones de una mustia (escritas por una no mustia)

Así es estimados ratalectores, hoy he decidido redactar las confesiones de la rata mustia (si, la que tuvo su tercer primer día de trabajo) ya que de otra forma la muy mustia nunca escribiría.

Después de un árduo día de trabajo, tres ratas oficinistas decidieron juntarse para deglutar sus sagrados alimentos. Todo pintaba bien, las ratas, una plaza "chic", carbohidratos y muchas cosas que platicar. La plática comenzo tranquila, intercambio de opiniones...bueno, mentadas de madre hacia nuestra respectivas labores oficinistas; cabe mencionar que la mustia decidió que calladita se veía más bonita. Tras unos cuantos minutos, los vibradores no se hicieron esperar (no sucios, de esos no!!!!! hablamos de los vibradores que te dan en la zona de fast food pa' anunciarte que ya está lista tu orden), por lo que las 2 ratas no mustias tuvieron que abandonar a la mustia para ir en busca de alimento.

A menos que mi percepción del tiempo sea errónea, puedo asegurar que no habían pasado más de 3 minutos cuando la mustia hablaba con un sujeto de identidad desconocida, aprovechándose de la ausencia de sus amigas. Debo confesar que de lejos (y sin mis lentes) inocentemente pensé que era de esos vendedores de dulces que abundan y no te dejan libre hasta que no les compras por lo menos un chicle; razón por la cual no le dí mucha importancia, pero al llegar a nuestra mesa la mustia me presento al presunto "vendedor de dulces" que resultó no serlo. Sólo dijo su nombre, no dijo de donde lo conocía y mucho menos me explicó que rayos hacía el susodicho en nuestra rata-reunión. La mustia se fue por una ensalada (haciéndose la saludable) y la otra rata llegó con sus respectivos carbohidratos. No le dimos mucha importancia y el conocido de la mustia no salió al tema (le pregunté todo sobre la mustia y el "vendedor" y ella me lo contó).

Los mustios, porque se ve que él también es igual de mustio, regresaron con todo y ensalada. Todos tuvimos una charla amena....ejem, ejem... bueno las no mustias omitieron a los no mustios. Terminamos de comer y decidimos retirarnos del lugar.

Cuando llegó el momento de la despedida, las ratas no mustias nos adelantamos a manera de alcahuetas para que los mustios se despidieran, aunque la mustia asegura que "solo son amigos". Cuando la mustia nos alcanzó le dije -ya ni tiempo nos dió de despedirnos de tu galán; a lo que la mustia sin pensar dos veces (y estoy segura se arrepiente) dijo - no, es que estaba hablando por teléfono. En ese momento las burlas y carcajadas no se hicieron esperar, la mustia fue tan mustia que cayó en el viejo truco de la psicología inversa (siendo que la mustia es psicóloga)

Así fue como descubrimos que no sólo es una mustia, sino que también habla antes de pensar.

Te queremos MUSTIA!!!!!

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